TRAICIÓN
El
artículo 189
de
la Constitución de la República establece que “el
Poder Legislativo se ejerce por un Congreso de Diputados, QUE SERÁN
ELEGIDOS POR SUFRAGIO DIRECTO.”
A Pesar de que nuestro país cuenta con un sistema “democrático”
fallido, y un estado jurídico quebrantado por las constantes
violaciones a la ley fundamental, existen pequeñas secuelas
democráticas en el momento de ejercer la soberanía popular a través
del voto representativo, cuando el pueblo deposita su voluntad
ciudadana de elegir a quienes los representen ante las instancias de
mayor toma de decisión en el país (a pesar del corrupto sistema
electoral que impera). Nuestra carta magna (lo poco o nada que queda
de ella) establece claramente que serán electos por el voto popular,
como REPRESENTANTES DEL PUEBLO, para velar por sus intereses y
conquistas, prevaleciendo el bienestar colectivo.
La
Ley electoral creada con el único objetivo de regir los procesos
electorales, establece lo referente a los partidos políticos
definidos como instituciones de derecho público, determinados por
sus principios y estatutos, que regirán los parámetros de sus
miembros, al igual que establece todo lo referente a los procesos
electorales, convocatoria, elección primaria, general, etc.
El
día de hoy, un diputado suplente del partido libertad y refundación
renunció ante la secretaría del Congreso Nacional a dicho partido
político, aduciendo situaciones que no compartía al interior de la
bancada, lo que lo obligó a tomar esa decisión. Actualmente suman
10 los “diputados” que han abandonado este partido político.
Después
de la terrible crisis política ocurrida años atrás, y producto de
una gran inconformidad popular, surgen nuevas respuestas para nuestra
Honduras, movimientos fundamentados en la lucha social y con el único
objetivo de transformar y refundar nuestra patria.
Producto
de esa inconformidad social, más la urgente necesidad de vencer a un
bipartidismo feroz y corrupto nace entre otros el partido Libertad y
Refundación como una fuerza política, amplia, democrática,
revolucionaria e incluyente, una institución de carácter permanente
y de derecho público, con una membresía abierta a todos los
ciudadanos y ciudadanas que expresen su voluntad de afiliación, con
la principal finalidad de Refundar el Estado de Honduras y
transformar la sociedad, sustentando un profundo sentido de Patria en
libertad, democracia, soberanía y poder popular.
Los
respectivos candidatos a elección popular (en este caso diputados)
pasaron por los procesos legales/electorales establecidos en la ley y
los partidos políticos de los cuales surgen, cumpliendo los
requisitos y participando en las decisiones soberanas.
Después
de las grandes luchas en las calles, tantos mártires, constante
represión, valientes protestas, incontables muertes, etc., la gran
mayoría del pueblo tenía esa opción fresca, nueva, alentadora, de
un partido nacido del vientre del dolor y con el único fin de
refundar el país. Es por esas fuertes convicciones que el “voto
popular” les fue otorgado a la gran mayoría de candidatos por el
partido Libre, enfocados bajo un proyecto en común, y con las
esperanzas de hacerle frente al Estado fallido (hoy en día peor)
delegando la gran y delicada tarea de representar los intereses más
puros no sólo de los miembros de un partido (como el actual
gobierno) sino que también de las grandes mayorías ante tan
importante poder del estado.
Es
así que el día de hoy estos diputados (disidentes) olvidaron toda
la lucha, la sangre derramada y el objetivo primordial por el que
fueron electos, burlando y traicionando la voluntad soberana, de un
pueblo que resistió y resiste ante un sistema deshumanizante y
desposeedor. Estos “diputados” han creído y mal entendido que el
partido Libertad y Refundación le pertenece a una sola persona o
grupo de personas, grave equivocación, ya que los únicos dueños de
Libre son las mayorías, el pueblo pueblo, el que ha resistido en la
lucha, siendo dominado y dirigido por todos y todas los que tenemos
un ideal firme e inclaudicable de transformar nuestra patria, y no
por caudillismos ni perfiles engrandecidos.
Los servidores Públicos se deben al pueblo, a la voluntad soberana, al bienestar social, y a la igualdad humana.
Atte,
Abog.
Samuel Inestroza